🇪🇸 🇺🇸 🇫🇷 Dougga y Tabarka, Túnez


No me podía quedar sin las ganas de visitar Dougga y Tabarka durante mi estancia en Túnez. Y así que me organicé para visitar la zona noroeste del país todo en un mismo día. Por ello y por los muchos kilómetros que me esperaban, había que madrugar para salir bien temprano desde mi centro de operaciones en el barrio de Lac 2, en Túnez capital o Tunis.

Cruzar casi toda la ciudad en coche y a primera hora de la mañana, es algo caótico, ya que está todo en obra, con los consiguientes atascos y esperas infinitas. Una vez abandonas la metrópoli, lo primero que observas es el gran cambio de color, por el verde de la naturaleza y los campos, llegando a pensar que no estás en Túnez, ni muchos menos en el continente Africano, sino en cualquier lugar de centro Europa, lo cual es bastante sorprendente.

Campos de Testour

Testour

La primera parada es en el pequeño pueblo de Testour, conocido aquí en Túnez por sus quesos, de los que daremos buena cuenta, ya que al salir tan temprano, no hemos si quiera probado bocado para desayunar.

Testour posee una mezquita en el centro del pueblo de la cual sale la calle principal, con numerosos iba a decir establecimientos, pero son realmente o eso parecen, las zonas delanteras de viviendas o casas, habilitadas para la venta, principalmente de quesos y en su mayoría de fabricación casera o artesanal.

Los lugareños son amables y se ofrecen a explicarte, sobre todo si llevas traductor, en que consiste cada uno de sus quesos e incluso a recomendarte cuál de ellos debes adquirir o en qué orden debes llevártelo a la boca, diferenciando su sabor, untuosidad o la fortaleza de su aroma.

La única pega, es que al seguir nuestro camino en coche, nos topamos con un grupo de policías a la salida del pueblo, que nos indican que hemos sobrepasado el límite de velocidad dentro del casco urbano y debemos abonar la módica cifra de 40 dinar tunecinos, al cambio, unos 12€. Lo compensamos degustando los quesos durante el resto del camino, acompañados de Pan Tabouna (Articulo Gastronomía de Túnez 3) , pan tradicional tunecino, el cual podéis ver como se hace en este link, y están muy ricos.

Dougga

La llegada a Dougga es a lo largo de una carretera muy estrecha y bastante accidentada en su asfaltado. Está a unos 3,5 km del pueblo del mismo nombre y te sorprende al llegar, ya que no la ves venir de lejos, sino que te la encuentras de pronto sobre el ventanal de tu coche e impresiona a primera vista por lo bien conservado y por su gran tamaño.

Mapa de Dougga

Historia

Thugga, la moderna Dougga, es la ciudad romana antigua mejor conservada de Túnez, a unos 100 km al oeste de la capital. Sus restos fueron designados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1997.

Recibió su nombre de los acantilados escarpados que rodean la ciudad por el norte. Era una próspera capital númida establecida por primera vez en el siglo V a. C., luego incorporada al Imperio Romano en el 46 a.C. por parte de Julio César.

Bajo el mandato de Séptimo Severo, en el 205, Sus habitantes consiguieron la ciudadanía romana. En agradecimiento erigieron un arco que, aún hoy, rinde tributo al emperador.

Durante el período bizantino, el área alrededor del foro se convirtió en un fuerte hecho con materiales extraídos de los edificios cercanos. La era musulmana vio a Dougga habitada continuamente, como lo demuestran los restos de una mezquita.

Tras siglos de aislamiento, una expedición arqueológica dirigida por el francés Julien Poinssot recaló en Dougga en 1882, comenzando tras ello la recuperación de la zona, durante el protectorado francés.

En el Museo del Bardo, en Túnez capital, famoso por albergar una de las mejores colecciones de mosaicos romanos del mundo, su inmensa mayoría procede de Dougga y sus restos arqueológicos.

Visita

Puede llevarte el tiempo que quieras, son unas ruinas enormes y si te gusta la historia, seguro que pasarás varias horas disfrutando de cada pequeño rincón. Los restos más destacados y que conservan aun mucha piedra en pie son el Teatro Romano, construido en el 168 a. C. y con cabida para hasta 3500 personas, el Capitolio, templo del siglo II, los Baños públicos o Termas del siglo III, el Arco de Alejandro Severo y sus numerosas calles, perfectamente conservadas en piedra.

Desde lo alto del teatro se divisa todo el valle, en tonos verde, que deja una estampa preciosa para el recuerdo. No cuesta mucho cerrar los ojos y dejarte llevar por la imaginación, pensando cómo debían vivir aquí hace 2000 años…

También destaca algo más al sur, el Mausoleo Líbico Púnico, tumba con veintiún metros de altura, construida en el siglo II a.C. La visita cuesta 8 dinares tunecinos, unos 2,5 euros al cambio.

Mausoleo Líbico Púnico

Junto con el anfiteatro de El Jem, Dougga me parecen los restos romanos mejor conservados de todo Túnez, muy por encima de la famosa Cartago, a la cual, en mi modesta opinión, gana por mucho en belleza y merece ocupar un lugar preferente en su visita.

Tabarka

Abandonamos Dougga en dirección a la famosa Tabarka y sus playas del norte a través de una carretera de las que hacía muchos años que no veía, estrecha, en muy mal estado y en la que tuve incluso algún pequeño susto del que prefiero no acordarme.

Historia

Fue una colonia romana, conectada por carretera con Simitthu, puerto utilizado para la exportación de su famoso mármol. Se convirtió años más tarde, en un obispado cristiano y, prueba de ello es que contiene varios cementerios con muchas de las tumbas cubiertas por mosaicos. Bajo el rey vándalo Gaiseric, la ciudad tenía un monasterio para hombres y un convento para mujeres.

En 1540 la isla fue cedida por los turcos a la familia genovesa Lomellini, debido a un rescate por la liberación del pirata turco Dragut. Los genoveses estaban en ese momento al servicio de España y formaban parte del círculo del gran Andrea Doria, Dux de Génova.

Tabarka

Tabarka en la actualidad

Posee una larga tradición de buceo y cuenta con sitios espectaculares bajo el mar que esconde en su interior hermosos corales rojos. En el interior, posee frondosos bosques y naturaleza casi virgen, ideal para los amantes del senderismo, la naturaleza y la caza.

Rica en gastronomía del mar y especialmente famosa por la pesca de langostas, muy valoradas en todo el pais. Su horizonte está dominado por la fortaleza genovesa situada en una isla que es el emblema de Tabarka.

Durante el invierno, Tabarka es un lugar húmedo y frio, que te invita a permanecer en el interior frente a la chimenea junto a una buena copa de vino en compañía. Durante el verano, mucho más agradable, seguramente, disfruta de varios eventos de jazz y músicas del mundo.

Mis intentos de visitar al que algunos consideran el mejor hotel de Túnez, La Cigalle, tras la invitación que me hicieron a través de su Instagram fueron en balde, ya que para mi sorpresa, el guarda de la puerta, un armario de dos metros de color con un elegante abrigo pero exento de la más mínima educación, no dejó que accediera a su interior ni trató siquiera de consultar con alguien del hotel ante mi insistencia, así que lamentablemente no tuvimos el placer de conocernos, una lástima.

Regreso a Tunis

Ya va cayendo la tarde y el camino de regreso hasta Túnez capital es largo y tedioso, en su mayor parte por carreteras nacionales que te obligan a permanecer más atento de lo normal, sobre todo por el estilo de conducción existente en el pais. Llegamos de noche tras más de dos horas de viaje.

Estoy muy cansado, pero el viaje ha merecido la pena, Y me siento contento por ello, sobre todo por haber tenido finalmente la suerte de visitar las Ruinas de Dougga, probar los maravillosos quesos de Testour y observar el paisaje del noroeste de Túnez. Tabarka seguramente es un lugar increíble y muy animado en los meses de verano pero también algo triste y melancólico en los meses lluviosos de invierno.

Gracias de nuevo Túnez por todo…

🇺🇸 Dougga, Tunisia

I couldn’t resist the urge to visit Dougga and Tabarka during my stay in Tunisia. And so I organised myself to visit the north-western part of the country all in one day. For this reason and because of the many kilometres that awaited me, I had to get up early to leave very early from my centre of operations in the Lac 2 district of Tunis.

Crossing almost the entire city by car in the early hours of the morning is a bit chaotic, as everything is under construction, with the resulting traffic jams and endless waits. Once you leave the metropolis, the first thing you notice is the great change of colour, the green of the nature and the fields, making you think that you are not in Tunisia, nor much less in the African continent, but in any place of central Europe, which is quite surprising.

Testour

The first stop is the small village of Testour, known here in Tunisia for its cheeses, of which we will have a good taste, as we left so early in the morning, we didn’t even have a bite for breakfast.

Testour has a mosque in the centre of the village, from which the main street leads off, with numerous establishments, but they are really, or so it seems, the front areas of dwellings or houses, set up for the sale, mainly of cheeses and mostly homemade or handmade.

The locals are friendly and offer to explain to you, especially if you bring a translator, what each of their cheeses consists of and even recommend which of them you should buy or in what order you should put them in your mouth, differentiating their flavour, smoothness or the strength of their aroma.

The only downside is that as we continue on our way by car, we come across a group of police officers at the exit of the village, who tell us that we have exceeded the speed limit within the town centre and we have to pay the modest sum of 40 Tunisian dinars, about €12 at the exchange rate. We make up for it by tasting the cheeses the rest of the way, accompanied by Tabouna bread (link Tunisian gastronomy 3), traditional Tunisian bread, which you can see how it is made in this link, they are very tasty,

Dougga

The arrival to Dougga is along a very narrow and quite bumpy road. It is about 3.5 km from the village of the same name and it surprises you when you arrive, as you don’t see it coming from far away, but you find it suddenly on the window of your car and it impresses at first sight for its well preserved and large size.

History

Thugga, modern Dougga, is the best-preserved ancient Roman city in Tunisia, about 100km west of the capital. Its remains were designated a UNESCO World Heritage Site in 1997.

It was named after the steep cliffs that surround the city to the north. It was a thriving Numidian capital first established in the 5th century BC, then incorporated into the Roman Empire in 46 BC by Julius Caesar.

Under Septimus Severus in 205, its inhabitants were granted Roman citizenship. In gratitude, they erected an arch, which still pays tribute to the emperor today.

During the Byzantine period, the area around the forum was converted into a fort made of materials taken from nearby buildings. The Muslim era saw Dougga continuously inhabited, as evidenced by the remains of a mosque.

After centuries of isolation, an archaeological expedition led by the Frenchman Julien Poinssot made landfall at Dougga in 1882, beginning the recovery of the area during the French protectorate.

The Bardo Museum in the capital Tunis is famous for housing one of the finest collections of Roman mosaics in the world, the vast majority of which come from Dougga and its archaeological remains.

The Visit

It can take as long as you like, the ruins are huge and if you are a history buff, you are sure to spend several hours enjoying every little corner. The most outstanding remains, which still have a lot of stone still standing, are the Roman Theatre, built in 168 B.C. and with a capacity for up to 3500 people, the Capitol, a temple from the 2nd century, the public baths or Baths from the 3rd century, the Arch of Alexander Severus and its numerous streets, perfectly preserved in stone.

From the top of the theatre, you can see the whole valley, in shades of green, which leaves a beautiful sight to remember. It does not take much to close your eyes and let your imagination run away with you, thinking about how they must have lived here 2000 years ago…

Also of note, further south is the Punic-Libyan Mausoleum, a 21-metre-high tomb built in the 2nd century BC. The visit costs eight Tunisian dinars, about 2.5 euros at the exchange rate.

Along with the amphitheatre of El Jem, Dougga seems to me to be the best-preserved Roman remains in Tunisia, far superior to the famous Carthage, which, in my humble opinion, wins by far in beauty and deserves to occupy a preferential place in your visit.

Tabarka

We left Dougga in the direction of the famous Tabarka and its northern beaches along a road I had not seen for many years, narrow, in very bad condition and on which I even had a little scare that I prefer not to remember.

History

Tabarka was a Roman colony, connected by road to Simitthu, a port used for the export of its famous marble. It became, years later, a Christian bishopric and, as proof of this, contains several cemeteries with many of the tombs covered in mosaics. Under the Vandal king Gaiseric, the city had a monastery for men and a convent for women.

In 1540, the Turks ceded the island to the Genoese Lomellini family as a ransom for the release of the Turkish pirate Dragut. The Genoese were at that time in the service of Spain and were part of the circle of the great Andrea Doria, Doge of Genoa.

Tabarka today

Tabarka has a long tradition of diving and has spectacular underwater sites that hide beautiful red corals. Inland, it has lush forests and almost untouched nature, ideal for lovers of hiking, nature and hunting.

Rich in seafood and especially famous for its lobster fishing, highly valued throughout the country. Its skyline is dominated by the Genoese fortress located on an island, which is the emblem of Tabarka.

During the winter, Tabarka is a damp and cold place, inviting you to stay indoors in front of the fireplace with a good glass of wine in company. During the summer, much nicer for sure, enjoy various jazz and world music events.

My attempts to visit what some consider the best hotel in Tunisia, La Cigalle, after the invitation made to me through their Instagram were in vain, as to my surprise, the guard at the door, a two-metre coloured wardrobe with an elegant coat but exempt of the slightest education, did not let me access inside nor even tried to consult with someone from the hotel at my insistence, so unfortunately we did not have the pleasure of meeting, a pity.

Back to Tunis

It is getting late in the evening and the drive back to Tunis is long and tedious, mostly on national roads that force you to be more attentive than usual, especially given the style of driving in the country. We arrive at night after more than two hours of driving.

I am very tired, but the trip has been worth it, and I am happy about it, especially for having finally had the chance to visit the ruins of Dougga, to taste the wonderful cheeses of Testour and to see the landscape of the northwest of Tunisia. Tabarka is surely an amazing and very lively place in the summer months but also a bit sad and melancholic in the rainy winter months.

Thanks again Tunisia for everything…

Dougga

🇫🇷 Dougga, Tunisie

Je n’ai pas pu résister à l’envie de visiter Dougga et Tabarka pendant mon séjour en Tunisie. J’ai donc organisé la visite de la partie nord-ouest du pays en une seule journée. Pour cette raison et en raison des nombreux kilomètres qui m’attendaient, j’ai dû me lever tôt pour partir très tôt de mon centre d’opérations dans le quartier du Lac 2 à Tunis.

Traverser la quasi-totalité de la ville en voiture aux premières heures du matin est chaotique, car tout est en construction, avec pour conséquence des embouteillages et des attentes interminables. Une fois que vous avez quitté la métropole, la première chose que vous remarquez est le grand changement de couleur, le vert de la nature et des champs, vous faisant penser que vous n’êtes pas en Tunisie, ni encore moins sur le continent africain, mais dans n’importe quel endroit d’Europe centrale, ce qui est assez surprenant.

Testour

Le premier arrêt est dans le petit village de Testour, connu ici en Tunisie pour ses fromages, que nous allons essayer, car nous sommes partis si tôt le matin, nous n’avons même pas eu une bouchée pour le petit déjeuner.

Testour possède une mosquée au centre du village, d’où part la rue principale, avec de nombreux établissements, mais il s’agit en réalité, du moins c’est ce qu’il semble, des devantures des habitations ou des maisons, aménagées pour la vente, principalement de fromages et le plus souvent faits maison ou à la main.

Les habitants sont sympathiques et se proposent de vous expliquer, surtout si vous êtes accompagné d’un traducteur, en quoi consiste chacun de leurs fromages et même de vous recommander ceux que vous devez acheter ou dans quel ordre vous devez les mettre en bouche, en différenciant leur saveur, leur douceur ou la force de leur arôme.

Le seul bémol est qu’en poursuivant notre route en voiture, nous tombons sur un groupe de policiers à la sortie du village, qui nous disent que nous avons dépassé la limite de vitesse dans le centre ville et que nous devons payer la modique somme de 40 dinars tunisiens, soit environ 12 € au taux de change. Nous nous rattrapons en dégustant les fromages le reste du chemin, accompagnés de pain Tabouna (lien gastronomie tunisienne 3), pain traditionnel tunisien, dont vous pouvez voir comment il est fait dans ce lien, ils sont très savoureux,

Dougga

L’arrivée à Dougga se fait par une route très étroite et assez cahoteuse. Il se trouve à environ 3,5 km du village du même nom et il vous surprend lorsque vous arrivez, car vous ne le voyez pas venir de loin, mais vous le trouvez soudainement sur la fenêtre de votre voiture et il impressionne à première vue par sa taille et son état de conservation.

Histoire

Thugga, l’actuelle Dougga, est l’ancienne ville romaine la mieux préservée de Tunisie, à environ 100 km à l’ouest de la capitale. Ses vestiges ont été classés au patrimoine mondial de l’UNESCO en 1997.

Elle doit son nom aux falaises abruptes qui entourent la ville au nord. Il s’agissait d’une capitale numide prospère, fondée au Ve siècle avant J.-C., puis incorporée à l’Empire romain en 46 avant J.-C. par Jules César.

Sous Septimus Severus en 205, ses habitants se voient accorder la citoyenneté romaine. En remerciement, ils ont érigé une arche qui, aujourd’hui encore, rend hommage à l’empereur.

Pendant la période byzantine, la zone autour du forum a été transformée en un fort fait de matériaux pris sur les bâtiments voisins. À l’époque musulmane, Dougga était continuellement habitée, comme en témoignent les vestiges d’une mosquée.

Après des siècles d’isolement, une expédition archéologique dirigée par le Français Julien Poinssot a touché terre à Dougga en 1882, marquant le début du redressement de la région sous le protectorat français.

Le musée du Bardo, dans la capitale Tunis, est célèbre pour abriter l’une des plus belles collections de mosaïques romaines au monde, dont la grande majorité provient de Dougga et de ses vestiges archéologiques.

La Visite

La visite peut durer aussi longtemps que vous le souhaitez, les ruines sont immenses et si vous êtes un passionné d’histoire, vous êtes sûr de passer plusieurs heures à profiter de chaque petit coin. Les vestiges les plus remarquables, dont beaucoup de pierres sont encore debout, sont le théâtre romain, construit en 168 avant J.-C. et pouvant accueillir jusqu’à 3 500 personnes, le Capitole, un temple du IIe siècle, les bains publics ou thermes du IIIe siècle, l’arc d’Alexandre Sévère et ses nombreuses rues, parfaitement conservés en pierre.

Du haut du théâtre, on peut voir toute la vallée, dans des tons de vert, ce qui laisse un beau spectacle à retenir. Il suffit de fermer les yeux et de laisser libre cours à son imagination, en se demandant comment ils devaient vivre ici il y a 2 000 ans…

Plus au sud, le mausolée punico-libyen, une tombe de vingt et un mètres de haut, construite au IIe siècle avant J.-C., est également remarquable. La visite coûte 8 dinars tunisiens, soit environ 2,5 euros au taux de change.

Avec l’amphithéâtre d’El Jem, Dougga me semble être le vestige romain le mieux conservé de Tunisie, bien supérieur à la célèbre Carthage, qui, à mon humble avis, est bien supérieure en beauté et mérite une place de choix dans votre visite.

Tabarka

Nous avons quitté Dougga en direction de la célèbre Tabarka et de ses plages du nord par une route que je n’avais pas vue depuis de nombreuses années, étroite, en très mauvais état et sur laquelle j’ai même eu une petite frayeur dont je préfère ne pas me souvenir.

Histoire

C’était une colonie romaine, reliée par la route à Simitthu, un port utilisé pour l’exportation de son célèbre marbre. Elle est devenue, des années plus tard, un évêché chrétien et, pour preuve, elle contient plusieurs cimetières dont de nombreuses tombes sont recouvertes de mosaïques. Sous le roi vandale Gaiseric, la ville possédait un monastère pour les hommes et un couvent pour les femmes.

En 1540, l’île a été cédée par les Turcs à la famille génoise Lomellini en guise de rançon pour la libération du pirate turc Dragut. Les Génois étaient à l’époque au service de l’Espagne et faisaient partie du cercle du grand Andrea Doria, doge de Gênes.

Tabarka aujourd’hui

Tabarka a une longue tradition de plongée et possède des sites sous-marins spectaculaires qui cachent de magnifiques coraux rouges. À l’intérieur des terres, on trouve des forêts luxuriantes et une nature presque intacte, idéale pour les amateurs de randonnée, de nature et de chasse.

Riche en fruits de mer et surtout célèbre pour sa pêche au homard, très appréciée dans tout le pays. Sa ligne d’horizon est dominée par la forteresse génoise située sur une île qui est l’emblème de Tabarka.

En hiver, Tabarka est un endroit humide et froid, qui vous invite à rester à l’intérieur, devant la cheminée, avec un bon verre de vin en compagnie. Pendant l’été, beaucoup plus agréable, profitez de divers événements de jazz et de musique du monde.

Mes tentatives pour visiter ce que certains considèrent comme le meilleur hôtel de Tunis, La Cigalle, après l’invitation qui m’a été faite par le biais de leur Instagram ont été vaines, car à ma grande surprise, le gardien à la porte, une armoire de couleur de deux mètres avec un manteau élégant mais exempt de la moindre éducation, ne m’a pas laissé accéder à l’intérieur ni même essayé de consulter quelqu’un de l’hôtel à mon insistance, donc malheureusement nous n’avons pas eu le plaisir de nous rencontrer, dommage.

Retour à Tunis

Il se fait tard dans la soirée et le retour vers Tunis est long et fastidieux, principalement sur des routes nationales qui vous obligent à être plus attentif que d’habitude, surtout compte tenu du style de conduite dans le pays. Nous arrivons de nuit après plus de deux heures de route.

Je suis très fatigué, mais le voyage en valait la peine, et j’en suis heureux, surtout d’avoir enfin eu la chance de visiter les ruines de Dougga, de déguster les merveilleux fromages de Testour et de voir les paysages du nord-ouest de la Tunisie. Tabarka est assurément un endroit étonnant et très vivant pendant les mois d’été, mais aussi un peu triste et mélancolique pendant les mois pluvieux d’hiver.

Merci encore à la Tunisie pour tout…

Dougga

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