🇪🇸 🇬🇧 🇫🇷 Iglesia Católica de San José, Djerba


Parece increíble que tras más de cuatro años en Djerba, no ha sido hasta esta mañana en que he podido visitar la única Iglesia Católica que hay en toda la isla.

Desde que llegué, ha estado en permanente estado de obra, lo cual por un lado, nos recuerda lo despacio que van por aquí las cosas, quizás por problemas administrativos o de tesorería, aunque también ayudado por la forma de vida en la isla, tranquila y sosegada a más no poder. Como me dijo un médico hace ya mucho tiempo, de un infarto no se muere esta gente…

Hoy de casualidad, vine para hacer unas gestiones a la oficina de extranjería y al terminar, aunque he de volver el lunes de nuevo, me dispuse a dar un paseo por Houmt Souk, la capital de Djerba. Y pasé por delante de la Iglesia, esperando al fin, poder encontrármela abierta tras la finalización de la obra de restauración, que se dice pronto.

Y cual ha sido mi sorpresa, al ver un tipo sentado junto a la puerta principal, abierta a mis ojos por primera vez, junto a unos cuantos papeles, que me ha hecho el gesto con la mano de entrar, cuando le he preguntado con cara de asombro por ello.

La Iglesia de San José

La Iglesia es pequeña, discreta y muy muy sencilla, como era de esperar, aunque este recién restaurada. La grandiosidad exterior del edificio es inversamente proporcional a sus dimensiones interiores. Pero ello no evita que tenga su encanto, con numerosos mosaicos traídos de todo el pais en las paredes de sus naves laterales, más bonitas que su nave central e incluso con un Nacimiento aun sin desmontar tras la Navidad, aunque tapado tras una alfombra.

Historia

Fue construida en 1848 por pescadores y comerciantes italianos y malteses, bajo la dirección del padre capuchino Gaetano de Ferrara. Está situada en pleno centro de la ciudad, muy cerca de su Medina, en el número 2 de la Rue de l’Eglise.

Una de las primeras tareas que se le asignó al nuevo prelado fue asegurar la cristiana sepultura a los más de 6000 soldados españoles que defendían la isla y que fueron masacrados en 1560 por los turcos, que en un acto dantesco, colgaron sus cabezas de un mástil durante casi 300 años para advertir de que nadie osara volver y cuyos restos sirvieron más tarde para construir la “torre de las calaveras”.

En 1906, por iniciativa del padre François Xerri, enterrado en la Iglesia, tras más de 45 años al frente de ella, fue renovado su interior. Los pilares, cuyos hermosos capiteles fueron tallados en piedra maltesa, fueron revestidos con damasco de Lyon. También se construyó un nuevo presbiterio ya que el antiguo se estaba derrumbando y dos torres con campanas sobre la fachada.

Cedida por el Vaticano al gobierno tunecino en 1964, pasó a ser edificio municipal, polideportivo e incluso llego a albergar un cine, hasta volver a su función original en 2005 por decreto presidencial. Luego fue restaurada y decorada con mosaicos inspirados por los descubiertos en Túnez y Rávena (Italia).

Actualmente, la iglesia es frecuentada por residentes europeos que viven en la isla como el aquí presente y por turistas de paso. Las misas se celebran en francés, italiano y alemán. Y tiene hasta correo electrónico:  saintjoseph.djerba@gmail.com.

Todo ello me lo confirma otro residente español que por suerte o tal vez por azar conocí hoy renovando la tarjeta de residente y cuyo peculiar nombre es Domnino, voluntario catecumenal , natural de Leon, España, que lleva ya cinco años en la isla, ayudando a crear una comunidad cristiana alrededor de la Iglesia de San José.

Me cuenta que aun están terminando de restaurar su nave y jardines aledaños, que reúnen cada Domingo alrededor de 60 feligreses en la Misa matinal y que tras un muro encontraron una de las dos campanas, que estaban situadas en los torreones de la Iglesia y que tristemente, tras el convenio del gobierno tunecino con la Santa Sede, su uso fue prohibido, aunque están luchando por encontrar la segunda y volver algún dia a lograr que vuelvan a sonar en la isla de Djerba.

Tambien conocí al joven sacerdote italiano, procedente del Piamonte, el cual lleva tambien cinco años en la isla. Se le ve ilusionado con su trabajo y me dice que piensa seguir mucho tiempo por aquí. Hemos quedado que antes de marcharme trataré de pasarme un Domingo por la Iglesia y hacernos unas fotos todos juntos.

Paseo por Houmt Souk

Al salir de la Iglesia, me ha dado tiempo a dar un corto paseo por los alrededores, en el centro de Houmt Souk y he podido tomar algunas fotos, como siempre me gusta hacer. También he visitado una pequeña galería de arte donde he estado tentado a llevarme un par de acuarelas para mi Santa Madre.

Como nota curiosa, os dejo una foto que hice a los pocos días de mi llegada a la isla hace 4 años y que he vuelto a hacer esta misma mañana donde podéis observar las diferencias, tanto de las pinturas como también de la calidad mejorada de mi teléfono.

Finalmente, se me ha hecho tarde y como es habitual, he venido a picar algo al conocido Fondouk, donde suelo disfrutar de su mágico patio central que me trae paz y sosiego si no hay muchos clientes.

Fondouk

🇬🇧 St Joseph’s Church in Djerba, Tunisia

It seems incredible that after more than four years on the island of Djerba, it was only this morning that I was able to visit the only Catholic Church on the island.

Since I arrived, it has been in a permanent state of renovation, which on the one hand reminds us of how slowly things are moving here, perhaps because of administrative or treasury problems, but also helped by the island’s quiet and calm way of life. As a doctor told me a long time ago, these people don’t die of heart attacks…

Today, by chance, I came to do some business at the foreigners’ office and when I finished, although I have to go back again on Monday, I went for a walk around Houmt Souk, the capital of Djerba. So I passed in front of the Church, hoping to find it open after the completion of the renovation work after these four years, which is soon to be said.

Moreover, I could only be surprised to see someone sitting by the main door, open to my eyes for the first time, with a few papers, who waved to me when I asked him with an astonished look on my face.

St Joseph’s Church

The church is small, discreet and very, very simple, as you would expect, even though it has been recently restored. The exterior grandeur of the building is inversely proportional to its interior dimensions. However, this does not prevent it from having its charm, with numerous mosaics brought from all over the country on the walls of its side naves, more beautiful than its central nave, and even with a Nativity still to be dismantled after Christmas, although covered behind a carpet.

History

It was built in 1848 by Italian and Maltese fishermen and merchants, under the direction of the Capuchin priest Gaetano de Ferrara. It is located in the heart of the city, very close to the Medina, at number 2 Rue de l’Eglise.

One of the first tasks assigned to the new prelate was to ensure the Christian burial of the more than 6000 Spanish soldiers who defended the island and were massacred in 1560 by the Turks, who, in a nightmarish act, hung their heads from a mast for almost 300 years to warn that no one dared to return, and whose remains were later used to build the «tower of the skulls».

In 1906, on the initiative of Father François Xerri, buried in the church after more than 45 years at its head, the interior was renovated. The pillars, whose beautiful capitals were carved in Maltese stone, were covered with Lyon damask. A new presbytery was also built, as the old one was collapsing, and two towers with bells on the façade.

Ceded by the Vatican to the Tunisian government in 1964, it became a municipal building and even a sports centre, until it was restored to its original function in 2005 by presidential decree. It was then restored and decorated with mosaics inspired by those discovered in Tunis and Ravenna (Italy).

Today, the church is frequented by European residents living on the island like the one here and by tourists passing through. Masses are celebrated in French, Italian and German. It even has an e-mail address: saintjoseph.djerba@gmail.com

All this is confirmed to me by another Spanish resident whom I met today by luck or perhaps by chance while renewing my resident’s card. His peculiar name is Domnino, a catechumenal volunteer from Leon, Spain, who has been on the island for five years now, helping to create a Christian community around the Church of San José.

He tells me that they are still finishing the restoration of the nave and surrounding gardens, that every Sunday they gather around 60 parishioners for morning Mass and that behind a wall they found one of the two bells, which were located in the towers of the church and that sadly, after the Tunisian government’s agreement with the Holy See, their use was banned, although they are struggling to find the second one and one day they will be able to ring them again on the island of Djerba.

I also met the young Italian priest from Piedmont, who has also been on the island for five years. He seems enthusiastic about his work and tells me that he intends to stay here for a long time. We agreed that before I leave I will try to go to the church one Sunday and take some photos of us all together.

A walk through Houmt Souk

After leaving the church, I had time for a short walk in the surroundings, in the centre of Houmt Souk, and I was able to take some photos. I also visited a small art gallery where I was tempted to take a couple of watercolor paintings for my Holy Mother.

On a curious note, I leave you with a photo I took a few days after my arrival on the island 4 years ago and which I took again this morning where you can see the differences, both of the street and of the improved quality of my phone.

Finally, as it was getting late and as usual, I went for a bite to eat at the well-known Fondouk, where I usually enjoy its magical central courtyard that brings me peace and quiet every time I visit.

🇫🇷 Église Saint-Joseph à Djerba, Tunisie

Il semble incroyable qu’après plus de quatre ans sur l’île de Djerba, ce n’est que ce matin que j’ai pu visiter la seule église Catholique de l’île.

Depuis mon arrivée, il est en état permanent de restauration, ce qui d’une part nous rappelle la lenteur des choses ici, peut-être à cause de problèmes administratifs ou de trésorerie, mais aussi aidé par le mode de vie calme et tranquille de l’île. Comme un médecin me l’a dit il y a longtemps, ces gens ne meurent pas d’une crise cardiaque…

Aujourd’hui, par hasard, je suis venu faire des affaires au bureau des étrangers et quand j’ai terminé, bien que je doive y retourner lundi, je suis allé me promener dans le centre-ville de Houmt Souk, la capitale de Djerba. Et je suis passé devant l’église, espérant la trouver ouverte après l’achèvement des travaux de rénovation après ces quatre années, ce qui sera bientôt dit.

Et je ne pouvais qu’être surpris de voir un garçon assis près de la porte d’entrée, ouvert à mes yeux pour la première fois et muni de quelques papiers, qui m’a fait signe d’entrer lorsque je lui ai demandé d’un air étonné.

Église Saint-Joseph

L’église est petite, discrète et très, très simple, comme on peut s’y attendre, même si elle a été récemment restaurée. La grandeur extérieure du bâtiment est inversement proportionnelle à ses dimensions intérieures. Mais cela ne l’empêche pas d’avoir son charme, avec de nombreuses mosaïques venues de tout le pays sur les murs de ses nefs latérales, plus belles que sa nef centrale, et même avec une crèche encore à démonter après Noël, bien que recouverte d’un tapis.

Histoire

Il a été construit en 1848 par des pêcheurs et des marchands italiens et maltais, sous la direction du prêtre capucin Gaetano de Ferrara. Il est situé au cœur de la ville, tout près de la Médina, au numéro 2 de la rue de l’Eglise.

L’une des premières tâches confiées au nouveau prélat a été de veiller à ce que soient enterrés chrétiennement les plus de 6000 soldats espagnols qui défendaient l’île et qui ont été massacrés en 1560 par les Turcs. Ceux-ci, dans un geste dantesque, ont suspendu leurs têtes à un mât pendant près de 300 ans pour avertir que personne n’osait revenir, et leurs restes ont ensuite été utilisés pour construire la «tour des crânes».

En 1906, à l’initiative du père François Xerri, enterré dans l’église après plus de 45 ans à sa tête, l’intérieur est rénové. Les piliers, dont les beaux chapiteaux étaient sculptés en pierre de Malte, étaient recouverts de damas lyonnais. Un nouveau presbytère est également construit, car l’ancien s’effondrait, ainsi que deux tours avec cloches sur la façade.

Cédée par le Vatican au gouvernement tunisien en 1964, elle est devenue un bâtiment municipal et même un centre sportif, jusqu’à ce qu’elle retrouve sa fonction initiale en 2005 par décret présidentiel. Elle a ensuite été restaurée et décorée de mosaïques inspirées de celles découvertes à Tunis et à Ravenne (Italie).

Aujourd’hui, l’église est fréquentée par les résidents européens vivant sur l’île comme moi et par les touristes de passage. Les messes sont célébrées en français, italien et allemand. Il a même une adresse électronique : saintjoseph.djerba@gmail.com

Tout cela m’est confirmé par un autre résident espagnol que j’ai rencontré aujourd’hui, par chance ou peut-être par hasard, alors que je renouvelais ma carte de résident. Son nom particulier est Domnino, un volontaire catéchumène de Léon, en Espagne, qui est sur l’île depuis cinq ans maintenant et qui aide à créer une communauté chrétienne autour de l’église de San José.

Il me raconte qu’ils sont toujours en train de terminer la restauration de la nef et des jardins environnants, que chaque dimanche ils réunissent une soixantaine de paroissiens pour la messe du matin et que derrière un mur ils ont trouvé une des deux cloches, qui se trouvaient dans les tours de l’église et que malheureusement, après l’accord du gouvernement tunisien avec le Saint-Siège, leur utilisation a été interdite, bien qu’ils se battent pour trouver la seconde et qu’un jour ils pourront à nouveau les faire sonner sur l’île de Djerba.

J’ai également rencontré le jeune prêtre italien du Piémont, qui est également sur l’île depuis cinq ans. Il semble enthousiasmé par son travail et me dit qu’il a l’intention de rester ici pendant longtemps. Nous avons convenu qu’avant mon départ, j’essaierai d’aller à l’église un dimanche et de prendre des photos de nous tous ensemble.

Petite promenade

Après avoir quitté l’église, j’ai eu le temps de faire une petite promenade dans les environs, au centre de Houmt Souk, et j’ai pu prendre quelques photos. J’ai également visité une petite galerie d’art où j’ai été tenté de prendre quelques aquarelles pour ma Sainte Mère.

Sur une note curieuse, je vous laisse avec une photo que j’ai prise quelques jours après mon arrivée sur l’île il y a 4 ans et que j’ai reprise ce matin où vous pouvez voir les différences, à la fois de la rue et aussi de la qualité améliorée de mon téléphone.

Enfin, comme il se faisait tard et comme d’habitude, je suis allée manger un morceau au célèbre Fondouk, où j’ai l’habitude de profiter de sa cour centrale magique qui m’apporte paix et tranquillité à chacune de mes visites.

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