Bueno pues allá que vamos un Sábado noche (11) de un mes cualquiera (Marzo) a este nuevo espacio en el mismo centro de Sevilla. Llegamos en un taxi y de noche cuesta localizarlo, ya que aunque viene el nombre en la puerta y por dos veces, está un poquito falto de iluminación.
Tiene una doble puerta de entrada con un doble pasillo y muchas mesitas pequeñas al estilo parisino, muy juntitas entre sí, pero cómodas, mucha madera en las mesas y ladrillo visto en las paredes. Al fondo aparece la barra y un pasillo largo donde tras alguna mesa lateral, acaba en un pequeño espacio al fondo, cuadrado, que vuelve a recordar mucho a Francia y esos pequeños bistrots París en concreto. Y todo ello gracias a su dueño, restaurador parisino que atraído por el amor, se ha echado la manta a la cabeza y ha abierto este coqueto local.
Hay mucho personal, en la puerta recibiéndote, en el interior, en la barra, se ve que no van a desatenderme en tod la noche y aunque cuando llegamos solo hay un par de mesas ocupadas, a lo largo de la noche, se terminará llenando. La música de fondo es muy agradable, y las paredes están llenas por un lado de botellas, muebles de madera que parecen arreglados de forma artesana con buen gusto y lo que parece una abacería o tienda antigua con muchísimos productos que te llevan a otro tiempo. La luz es muy acogedora y esta bien elegida y los arcos y el colorido en general te hacen sentir muy a gusto y con ganas de meterle mano a la carta de una vez.
El personal va de oscuro, yo diría que de negro de los pies a la cabeza, al menos los que atienden en mesa, mientras que en la barra reina el blanco de cintura hacia arriba, que es lo que logro ver, Es muy amable y super agradable durante toda la cena, sabiendo comentar lo necesario y cuando deben sin llegar a molestar en ningún momento.
La carta de vinos es pequeña, solo unas 15-20 referencias, pero me gusta, te indica la procedencia del vino, pero no la denominación de origen y hay mayor cantidad de tintos que de blancos, como suele ser habitual. Me decanto por el Baltasar Gracias 2015, un acierto y el cual recomiendo a todos. La vajilla, cubertería y cristalería son de buena calidad y superan las expectativas del local y son más de diseño que otra cosa, sobre todo el cristal y la loza, siendo más tradicional el cubierto.
Y vamos con el papeo, lo que viene a llamarse la comida o cena más bien en este caso. Pues aquí diré de primeras que como mínimo me ha sorprendido muy gratamente, gustando claro unos platos más que otros, y consiguiendo que algunos sean realmente brillantes. Probamos todo lo que sigue:
-Foie a la plancha sobre pan de especias: En una palabra, soberbio, muy rico y aunque algo escaso en cantidad, me gustó sobremanera.
-Bacalao con espuma de chorizo y arroz salvaje: Aunque su nombre pueda echar para atrás a más de uno, solo decir que no sabe a chorizo y que su sabor se encuentra muy logrado.
-Pulpo sobre parmentier y tinta de calamar:: Otra maravilla, sabrosísimo y con algo fundamental cuando se come pulpo, corte y textura muy muy tierna. Por ponerle una pega, quizás los trozos eran demasiado grandes, pero nada que no tenga arreglo con la ayuda de unos cubiertos.
-Milhojas de berenjena y queso de cabra con pesto: Otra novedad, algo que no había probado antes en esta ciudad y que vuelvo a repetir, aunque el pesto no sea para nada de mis favoritos, reconozco que está bastante rico.
-Tabla de queso: Siendo un local de ascendencia francesa y siendo yo un enamorado de terminar de cenar siempre que puedo con algo de queso como postre o “termina” tras haber vivido en el país vecino hace algunos años, no puedo mas que recomendar la presentación, elección de los quesos y su acompañamiento, tabla de madera, y hasta la cuchara me gusta de este plato…(jejeje). Un verdadero placer acabar la cena con esta delicatessen.
Lo precios, como podéis ver en la carta adjunta, son comedidos y mas que correctos para lo ofrecido, y salimos del local con muy buenas sensaciones y dándole la enhorabuena tanto a Dimitry, el dueño como a los simpáticos camareros que nos atendieron durante toda la velada.
Conclusión: Local muy original dentro de esta ciudad tanto en diseño como en cultura culinaria, aporta detalles novedosos y deseados, que ya falta hacía por estos lares y al que le deseo el mejor de los futuros. Es de agradecer que el dueño este pendiente de todo y probablemente si triunfa, será uno de los motivos de su éxito. Volveremos!














